Las tarjetas revolving, una forma de crédito al consumo, ofrecen a los usuarios la posibilidad de aplazar los pagos de las compras realizadas mediante esta herramienta financiera. Este tipo de créditos otorgan a los consumidores un límite de crédito específico que se reembolsa periódicamente y se renueva automáticamente cada mes. Es decir que no hay necesidad de pagarlo todo a final de mes como viene ocurriendo en las tarjetas de crédito habituales.
Aunque inicialmente puede parecer una opción conveniente, la realidad es que estos créditos pueden convertirse en una trampa financiera. Sobre todo cuando el usuario no controla bién sus gastos ya que tiene la sensación de que nunca se acaba el dinero.
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Cuando se consideran intereses abusivos
En el contexto de las tarjetas revolving, los intereses abusivos son aquellos que resultan desproporcionados en comparación con el préstamo o crédito otorgado. En una sentencia de marzo de 2020, el Tribunal Supremo consideró que un interés del 27% en una tarjeta revolving era «notablemente superior» al interés medio de tarjetas de crédito, situado alrededor del 20%. Esta declaración estableció un precedente para aquellos que buscan reclamar intereses excesivos en sus tarjetas.
Que plazo tenemos para reclamar la tarjeta Revolving
Reclamar los intereses de una tarjeta revolving es un proceso que se puede hacer en breve tiempo. Se trata de recopilar todos los documentos necesarios: el contrato de tarjeta, los estractos bancarios donde nos cobran los intereses, compras realizadas.
Con todo ello preparar un escrito a la oficna bancaria donde tenemos contratada la tarjeta solicitando la devolución de intereses abusivos de acuedo con la sentencia del Tribunal Supremo de Febrero de 2.023.
Si en el plazo de unos días no se recibe respuesta positiva, elevar la reclamación al defensor del cliente de la entidad Bancaria. En la propia oficina del banco le tendrán que dar la dirección y datos de contacto.
Inconvenientes de las tarjetas Revolving
El uso de tarjetas revolving conlleva riesgos significativos para la estabilidad económica, ya que suelen estar vinculadas a intereses elevados y un sistema de pagos que puede generar una espiral de deudas. Para una economía doméstica, siempre es preferible un préstamo con amortización de cuotas mensuales sin posibilidad de mantener siempre el mismo límite que este tipo de instrumento financiero.
Estas tarjetas permiten a los usuarios aplazar el pago de sus compras en cuotas mensuales, pero este beneficio se traduce en la aplicación de intereses abusivos. Si el pago completo no se realiza en cada periodo de facturación, la deuda se acumula y genera intereses compuestos, creando una situación de endeudamiento complicada de manejar.
Otro peligro asociado a las tarjetas revolving radica en sus límites de crédito elevados. Esto puede tentar a los usuarios a realizar compras que superen sus capacidades financieras, llevándolos a una deuda que puede resultar abrumadora.
Para mitigar estos riesgos, es crucial utilizar las tarjetas revolving con cautela y responsabilidad. Esto implica realizar pagos puntuales y evitar aplazar el pago en la medida de lo posible. Asimismo, se recomienda comparar diversas opciones antes de elegir una tarjeta leyendo bién la letra pequeña y preguntando por el tipo de interés que nos va a aplicar fijandose en el TAE donde estarán incluidas las comisiones que lo encarecen.
Fuente: Reclamador